miércoles, 18 de agosto de 2010

Le duele el dedo gordo del pie

Merendando en la terracita del callejón. Viento, sol y risas. 

No sé como hemos ido a parar a ese tema. Asir comenta que si pensara en volver a practicar, lo más difícil sería dejar la píldora o el preservativo y arriesgarse a quedar embarazada. Aunque Lia no es practicante, le comenta que es un tema de regulación natural…. ¡Genial que esté tan informada!

Al momento Asir salta y Lia le sigue. Que si es demasiado programado, que qué pasa con los momentos de pasión, que eso quita romanticismo a la relación...

Recuerdo cómo lo entendí cuando nos lo explico el párroco.

¿Romántico?- les digo – “Romántico es cuando a Asir le duele el dedo gordo del pie y Nacho que se muere de ganas, se aguanta para que puedas descansar. Eso también es  romántico y tierno”.

Asir ríe. “Ya, ya”- dice – “Entonces tengo que colocar a los dos peques, que Nacho tenga ganas, a mi me apetezca y a Dios no le duela el dedo gordo del pie. ¿Demasiada gente para ponerse de acuerdo, no?

Y nos reímos las tres de esa nueva versión de los métodos naturales.

Demasiada gente, no sé.
Creo que no lo ve  porque para ella Dios es una idea.
Si ella Lo conociera, entraría en su familia, y formaría parte de sus decisiones como lo hacen Nacho y los dos niños.
Yo sé que Cristo es una persona y que nunca pediría algo que no fuera necesario y bueno.

Además que a Dios  un poquito de cariño, no le va mal.
Seguro se derrite cuando alguien se aguanta para así respetar sus leyes. O como dice Lia porque a Él “le duele el dedo del pie”

Gracias al párroco que nos lo explicó.

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