Carambola

Julio es luz, bochorno, muchas horas de trabajo, más tiempo lleno de infancia, cambios en la rutina y por carambola nuevas experiencias

Por ejemplo, la Misa de 8.00 se ha esfumado hasta septiembre, pero queda la de 7.30h.

Levantarse un poquito antes, cuando una duerme en un horno, no es muy difícil.

La novedad es que ahora dispongo de media hora libre antes de entrar a trabajar.

30 minutos demasiado matutinos para dedicarlos a ver tiendas o a llamar a los amigos si quiero conservalos.

Así que las opciones se reducen,  y me decanto por la más factible: pasear por el parque mientras voy dando vueltas a mi anillo entre los dedos.

A esa hora, el sol intenta colarse entre las ramas de los arboles, y pinta el suelo y las hojas de oro, plata y bronce El astro parece un juez indeciso, repartiendo medallas de unos juegos bosque-olímpicos y cambiando de votación según sopla el viento.
A mis ojos, las luces y sombras disfrazan el terreno de escenario de obra de teatro, una de esas de duendes y hadas. Me siento como metida en un cuento

Camino, observo, murmuro, agradezco, rezo,  giro el anillo, respiro y recuerdo episodios básicos de la historia, que son también parte esencial de mi vida. Recuerdo a Theo; creo que era él quien decía que el rosario era su paseo diario del brazo de María

Los otros paseantes, son un 50% humanos y un 50% canes; a veces incluso estos últimos son mayoría. Es un mundo curioso el de los perros y sus amos. Todo un descubrimiento para este mes pre-vacaciones
(seguimos mañana)