lunes, 6 de enero de 2014

Adoración de los dos reyes

La cabalgata tenía que llegar a la parroquia a las  19h . Eran las 19.15 y no se veían las luces ni cerca ni lejos.  A las 19.20 se han empezado a escuchar los tambores y a los pocos minutos ya se intuía la primera de las carrozas, la de los ángeles. 
Una señora nos ha explicado la causa del retraso. Melchor no se encontraba bien así que de tanto en tanto paraban la carroza, se bajaba, llamaba a una casa y preguntaba si podía pasar al lavabo. Me imagino la cara de la persona que abría la puerta de la casa y se encontraba con todo un rey mago pidiendo "acogida".

Al ratito han llegado a la parroquia Cada rey en su trono, rodeado de pajes, ayudantes, música, luces, risas y caramelos. Han descendido para dirigirse al pesebre viviente y adorar al Niño. 
Pero solo dos de los reyes han realizado su ofrenda. El oro que Melchor tenía que entregar al Niño Dios, lo ha ofrecido su paje de confianza; al rey Melchor no se le veía por ningún lado.

 El alcalde, antes de empezar su discurso,  ha explicado que Melchor tenía mucho trabajo de última hora, ya que gran número de niños han escrito y entregado su carta en el último momento. Así que había tenido que retirarse para acabar de organizar los regalos y no podía estar presenta en la adoración ni en la última recogida de cartas. . 

Me parece que esa ha sido una excusa para no perjudicar la fama de impecable salud del rey Melchor. Me consta que Sus Majestades nunca dejarían de  presentarse ante el Niño. Los tres reyes saben que la adoración no impide el trabajo ni viceversa. Es más, cada cosa tiene su momento y hacer bien una siempre ayuda a mejorar la otra. 

Lo de Melchor ha sido simplemente un problema de digestión, que a estas horas de la noche seguro ya está solucionado y Sus Majestades, los tres, están repartiendo regalos por todas las casas. 


                                

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