lunes, 27 de febrero de 2023

Tanto cuanto

Me preguntas si quiero ser flor hermosa de suaves pétalos y aroma de lluvia. O tal vez árbol enorme, alto, robusto, de grueso tronco y fresca sombra Si me siento bien siendo solo una hoja. Y miro arriba, y sé que este es mi sitio. Es donde encajo en su obra, dónde me ve y yo le miro. No, si El no quiere, ¿por qué iba a querer yo otro sitio?

domingo, 26 de febrero de 2023

Reverenciar

Atardecer de domingo. Coches que paran y descargan bolsas, y niños y mayores y bicicletas. En el bar de la esquina dos mujeres de treintaitantos escuchan a una tercera explicar las excentricidades de su jefe. Para explicarse utiliza todo el cuerpo: la boca, los brazos, el cuerpo, los hombros, los dedos... En la mesa más apartada, un matrimonio mayor intenta levantarse. El la coge del brazo , ella se incorpora apoyandose en la silla. El asiento se mueve, ella se tambalea, la silla se cae El anciano la agarra por los hombros y consigue ladearla para que caiga sobre su silla. Otra vez sentada. Ella se muestra enfadada. Habla, refunfuña, critica y le echa la culpa de ser vieja al caballero. El aún la sostiene, pero ella con un movimiento brusto se zafa de sus brazos, se remueve en la silla, le increpa. El, tranqilo, da la vuelta a la mesa y recoge la silla caida Vuelve a su sitio y se sienta. Ella sigue quejándose. El intenta tocar su brazo, ella lo aleja con un manotazo, Sin que nadie lo vea, él acaricia la mesa, mira hacia arriba, tropieza con mi vaiven pero salta por encima y sigue su mirada volando hacia el cielo. Son breves segundos, enseguida vuelve a mirarla a ella. Y allá en la cúspide del universo, su mirada ha dejado una caricia de infinita ternura que durará eternamente, Su amor es indestructible, porque su médula está hecha de materia más antigua que el universo

Firmamento

Desde aquí arriba, colgada en la rama del platanero junto a las otras hojas, me divierte observar a las personas Nadie imagina la claridad con la que se percibe todo desde aquí : las expresiones, las caricias, las decepciones, la fortaleza, la impaciencia... Esta noche, cuando yo ya dormía, me ha despertado un sollozo. He girado levemente inclinandome para ver que pasaba abajo. Subía por la calle, caminando muy muy lentamente, una muchacha de rizos de fuego y llanto en la mirada. Envuelta en su abrigo, arropada en la bufanda y muy muy sola. Triste. Algo bebida. Por encima de ella y por encima mio, el cielo. Oscuro, helado...cubriendo las mil estrellas que se esconden bajo su manto negro. La chica se para, apoyándose en la pared solloza Las estrellas la escuchan. Una se remueve bajo la capa negra del cielo, busca un resquicio, y se escapa. Otra se anima y le sigue. A los tres minutos media docena de estrellas nerviosas y rebeldes brillan intentando atraer la atención de la pelirroja. Titilan, le mandan mensajes ne morse, remueven la fria noche. Pero ella no mira hacia arriba. ¡Es tan precioso el espectáculo! Y es solo para ella. Y ella no lo ve. Las lágrimas se deslizan por sus mejillas. Intento ayudar, moviéndome rapido rozando las otras hojas, haciendo caer polvo sobre sus rizos. Las estrellas no se cansan, insisten en decirle que es bella. Es tan grande el firmamento .... Ella levanta ligeramente la cabeza,me mira, alza la mano, se sacude el pelo... y vuelve su mirada al suelo. ¡