martes, 6 de julio de 2010

Mañana de furia, tarde de cuna

Amanece rojo y el día promete ahogarnos en calor
Ya en el despacho, ha llegado Leo, aparentemente  tranquilo.
Pero como uno de esos coches nuevos que en 10 segundos se ponen a cien, a los dos minutos ya iba acelerado
El tema era complicado, vale. Los puntos de vista son distintos, es verdad. El orgullo herido es de los peores consejeros, y la desconfianza un veneno poderoso, todos lo sabemos
Pero de eso, a defender lo indefendible, a poner a los que se han salido con la suya como víctima totalmente inocente y a la víctima como un tirano, hay mucha distancia.
He intentado razonar, hablar, hacerle ver que hay otro punto de vista. Pero se ha cerrado en banda
Incluso ha perdido ese tono negociador tan propio de él, con el que al final siempre consigue lo que quiere.
Transparenta nervios y lucha, una base inestable carente de seguridad.
Una careta que se descubre para mostrar otra que se aparta y aparece otra.
Me ha dejado intranquila
Espero que un día encuentre su esencia, la de verdad y pueda seguir con orgullo su camino y su cara real al viento.
Por la tarde gimnasia. Agotadora, asfixiante.
El último ejercicio, estirados en el suelo, las rodillas contra el pecho recogidas con las manos. Y balancearse de un lado a otro, como una cuna. Música de fondo  tchaikovsky Osuridad tenue Acunando el alma.
Y se me han dormido los nervios. Y se me ha despertado la esperanza

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