jueves, 5 de mayo de 2011

Por dónde empezar

Llevo varios días intentando escribir, me pongo delante del ordenador y no sé por dónde empezar

Pensé que si dejaba pasar unos días, todas las sensaciones de Roma reposarían y sería más fácil expresarlas. Pero no ha sido así.

Fueron apenas diez horas (sin contar el aeropuerto) en una soleada y festiva ciudad eterna.
Era lo que yo necesitaba.
Volver a acudir a la convocatoria de JPII.
A reunirme con la Iglesia siguiendo la llamada del pastor.
Esta vez, otra vez, en Roma.
Esta vez, otra vez, bajo la mirada y las palabras entrañables y llenas de sabiduría de Benedicto XVI
Esta vez, otra vez, volver después a casa con menos miedo y más esperanza. Reafirmada en la fe.

Le dije a JPII que acudía no solo como fiel, sino también como mensajera.
Llevaba conmigo un montón de peticiones de familia, amigos, compañeros de trabajo, de blogueros y comentaristas.
Alguna intención era inmensamente triste, sobre alguien que, una semana antes, había dejado esta tierra con no muy bien pie.
Otras, gracias a Dios, tenían esencia más alegre.
Las más, eran peticiones sin palabras.
El nuevo Beato, el de la sonrisa cariñosa y la mirada picara,  las ha acogido todas para presentarlas al Señor.

Y así, desde la foto, de reojo parece que pregunta divertido: ¿y no tienes más peticiones?

El Señor y el que fue un joven de 83 años, se sonreían.


(A ver si soy capaz y en la próxima entrada puedo explicar un poquito más de esas 10 horas)

7 comentarios:

  1. Hoy ha llegado mi hija con una amiga y vienen felices como tú.
    Es que las sensaciones de ese viaje han debido ser muy, muy fuerte.

    Un besazo y gracias por acordarte del mundo bloguero.

    Que pases un feliz día

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  2. ¡Caray! yo pasé la Vigilia rezando los misterios luminosos del santo rosario en Fátima y fue emocionante, el Domingo allí fue uno de los días mas felices de mi vida.

    [Mensajera,no te atormentes mucho sobre el "del mal pie" porque Dios interviene especialmente en ellosen el m9omento culminante si otros hijos suyos interceden haciéndole fuerza a base de humildad y obediencia]

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  3. Miriam, tan solo de imaginar el momento la piel se me escarapela. A la distancia, por la tele o el internet lo ví, y lloré, y volví a llorar y a leer! Cuantos sentimientos has de tener en el corazón en estos momentos!
    Besos,

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  4. Qué suerte haber podido estar allí, aunque los que lo vimos por la tele, también lo disfrutamos muchísimo.
    Un abrazo, amiga.
    :O)

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  5. ¡Qué maravilla de viaje verdad?

    Yo pude ver al Santo Padre Juan PAblo II en Madrid, en su último viaje a España.

    Después visité en Roma su tumba.

    Ahora fui a su beatificación, bajo la convocatoria de nuestro Pastor Benedicto.

    ¡Qué felicidad!

    Bienvenida.

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  6. Capuchino:
    Desde que supe que iba a Roma, y empecé la lista de peticiones, los blogueros entraron directamente en la lista.
    ¿nos contaras si tu hija ha podido rezar delante del beato?.

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  7. NIP: que suerte la tuya también y que grande los blogueros repartidos por el mundo y unidos rezando
    Ah… y gracias por el comentario sobre la intervención de Dios y la intercesión de los hombres … Me ha ayudado. ;O)

    Soñadora: Es que ha sido un Santo Padre tan tan cercano. Me alegra que lo pudieras seguir y me enternece pensar como nos emocionamos todos.

    Felicitas: Estoy convencida que el Beato nos miraba a todos divertido, a los de Roma y a los de las otras ciudades.
    Ese Santo Padre que viajó tanto, tenía que tener especialmente bajo sus ojos a todas las ciudades del mundo.

    Andy: Es el Papa del “No tengáis miedo”. El primero que yo recuerdo, el de mi infancia y juventud, el que siempre estaba sonriendo.
    ¡Qué suerte haber podido visitar su tumba¡ Me quedé con las ganas, aunque eso no me impidió dejar mi saco de intenciones Lo lancé volando desde la plaza S Pedro para que le llegara directo.

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