martes, 24 de julio de 2012

Hablando de viernes en martes

El viernes, cada viernes desde hace unas semanas, tenemos manifestación en la entrada del trabajo. Empiezan sobre las 10h, las 11h y acaban a la 13h , a las 14h. Las quejas van dirigidas al vecino de la planta de abajo, por un tema de reducción de personal. 

Los gritos y el ruido suben y se cuelan en el interior de nuestro piso 18; no sé por donde porque las ventanas están cerradas 
Con el escándalo, me aparecen mil pensamientos en la cabeza. Uno de esos me dice que manifestarse en viernes, tiene más merito que hacerlo un miércoles;  otro que estos manifestantes se van a volver sordos, un pensamiento más me susurra que  tres horas gritando, con bocinazos, petardos, y pitidos tiene que ser agotador Pienso también en la gente que se queda sin trabajo y en el empresario que ya no sabe como salvar la empresa.

El viernes pasado tiraron un par de  petardos de los que vuelan alto,  llegaron hasta nuestra ventana. Intentaron hacer volar una cometa,con algo escrito, no muy agradable, para que se leyera desde la ventana de su "objetivo".  Pero el viento, no colaboró con ellos y la cometa no se alzó más de cuatro pisos.. 
A las 14h, cuando ya salíamos, no se habían ido. Continuaban  con sus bocinas, tambores y .... tapones en los oídos. ¡ Anda,  eso es trampa !

Dentro del edificio, apartados de la puerta de entrada para que no los vean y no crear mal rollo, en fila, esperaban los antidisturbios. Salías del ascensor y te los encontrabas, bordeando la pared, uniformados, serios, preparados, uno al lado del otro. Muy majos. La secre se ha ofrecido a ir a buscar el desayuno el viernes que viene, y subir y bajar pasando por la recepción, las veces que haga falta. El jefe la escucha y se ríe.


                                                

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