viernes, 18 de abril de 2014

La madre

La Madre llora.
Respira profundo, lentamente.
Y llora.

Ver morir al Hijo.

Ver como su cuerpo expresa el dolor, el sufrimiento.
En cada herida, cada hinchazon, trozos de carne arrancada, músculos que tiemblan, espasmos, huesos  rotos ...

Ver como sus ojos expresan el dolor del peso de la traiciones.
Sentir  la maldad  profunda de los ataques a Dios Sentir la voluntad de todos los desprecios , retos y humillaciones dirigidos al Altísimos. La voluntad de querer hacer daño a Dios, de querer destruirLo y poner en su lugar el odio, la infamia, la tortura.
Palpar la traición, el desprecio al Amor de Dios.



Ver a su Hijo, sufriendo, sin ningún consuelo.
Sin ningún consuelo.
Dios muere sin consuelo.

La Madre llora.


     

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