Cuando habla de sus nietos le brillan los ojos.
Es un abuelo joven que disfruta llevándolos al cine, al teatro o a visitar los rincones mágicos de la ciudad.
Ayer me comentaba, en un supuesto lamento cargado de sonrisa, como han cambiado los tiempos.
Antes - decía - los nietos heredaban de los padres o de los abuelos. O incluso de los hermanos mayores. Ahora el ciclo ha cambiado. El viejo hereda del joven; soy yo el que heredó de mis nietos.
A medida que avanza la tecnología, ellos cambian con más o menos rapidez de modelo, y entonces me regalan su móvil viejo. Yo voy recibiendo su herencia, imaginando que es lo que deben pensar mis abuelos al verme heredero de sus tataranietos.
Mi mamá igual, termina heredando mi celular cuando cambio por uno más moderno. Al comienzo reniega porque no lo sabe usar, pero felizmente se acostumbra rápido al cambio.
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