Trabaja en una empresa antiplagas. Cuenta que ultimamente han aumentado los casos de chinches. Esos bichos que su madre asociaba a la post guerra, y que parecían haber desparecido para siempre, esos insectos, han vuelto.
Le pregunto si son como las pulgas, me contesta que no, son mucho peores, y me enseña imágenes de brazos y piernas acribillados a picaduras.
El bichito en cuestión, espera a que llegue la noche. Cuando detecta que la persona está dormida por el CO2 que desprende , se sabe a salvo , y solo entonces se acerca a su víctima.
Perfora la piel, extrae la sangre e inyecta anestesia para que el humano durmiente no se despierte. Así puede retirarse tranquilamente, sin miedo a que una mano humana y rabiosa acabe aplastando su cuerpo.
Y yo me quedo alucinada al saber que un bichito puede captar por tu respiración cuando estás dormido.
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