Le enseñaron de pequeño , y esa enseñanza se convirtió en don.
O quizás era un don que necesitaba ser desenvuelto, desarrollado.
De una forma o de otra, él creció percibiendo más realidad que la que veían sus compañeros.
Sentía la vida, la fuerza, y percibía claramente el sentido de cada momento
Le advirtieron, ese don requería de su uso, de su entrenamiento. Si lo dejaba, desaparecería
Ayer en el supermercado, una chica con tejanos y camiseta blanca, pelo corto, constelación de pecas entre las mejillas y la nariz, de unos veinte años Ha pasado delante de los productos para bebes. Se le ha escapado una lágrima, dos... la tercera la ha aplastado con la mano.
Nadie mas la ha visto. Solo él
Ha buscado en su corazón ese abrazo. El que ha recibido , el que le sobrepasa. Y su alma ha corrido hacia ella con ganas de envolverla en ternura. Pero no se ha atrevido a tanto.
Se acerca y le dice...
No hay comentarios:
Publicar un comentario