He visto al Señor sufrir una agonía en el alma.
Abandonado y en soledad, padecer la aterradora perversión del pecado.
Y aún así, decir "Así Sea"
He visto al mismo Dios Omnipotente maltratado, atado, llevado de un lado a otro, escupido y apaleado.
Su carne desgarrada, su cara inflamada, su cabeza coronada de sangre.
Su carne desgarrada, su cara inflamada, su cabeza coronada de sangre.
Extenuado, sin dormir
Molido, destrozado.
Solo.
Solo.
He visto como golpeaban a la Verdad con mentiras, a la Palabra con insultos y blasfemias.
Por todos lados se alzaban palabras que le acusaban.
Le calumnian, se burlan, reniegan, inventan.
Voces que humillan. Palabras asesinas que buscaban desgarrar a la misma Vida.
Traicionado por los enemigos y por los amigosVoces que humillan. Palabras asesinas que buscaban desgarrar a la misma Vida.
Solo
He visto como tanto sufrimiento, tanta injusticia, no conseguía romper su determinación de llegar al final y vencer.
Nada conseguía ahogar su mirada de Amor, a pesar de los ojos totalmente hinchados y morados.
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