viernes, 16 de septiembre de 2011

Fiebre de miércoles tarde

Pedro es director financiero de una empresa. Aunque dice que en agosto no hay mucho trabajo, su sustituto le llama cada día para consultarle "algo que ha surgido y es muy muy urgente"
Pedro es grandullón y muy muy niñero.
Pedro tiene una hermana a punto de separarse
Pedro es de Tenerife pero trabaja en Valencia
Pedro anteayer por la tarde tuvo fiebre.

Ayer por las mañana se encontró mejor y se acercó al centro a ayudar. Pero después de comer volvió a sentirse fatal y se fue a descansar al hotel.
Hoy ha vuelto a suceder lo mismo: mañana tranquila, comida inestable, y tarde con fiebre.
Ya en el hotel, él acostado y con termómetro, llamamos al médico. Aunque nos dicen que en ramadán es más difícil conseguir que vengan, insistimos. La directora del hotel, que aprecia mucho a Ina, nos ayuda llamando a su propio médico.

Pedro estirado en la cama y con una toalla mojada sobre la cabeza, nos cuenta a que ha dedicado la mañana. Se ha presentado en una sala (no recuerdo si eran la de fiebre amarilla, sida, mayores o alguna otra sala) para ofrecerse a lo que haga falta.
-¿Quieres cortar uñas?
- Ok

Nos cuenta, que las uñas no eran precisamente de lo más bonitas, ni limpias, ni organizadas (a saber que querrá decir con eso, debe ser la fiebre que le hace hablar raro)
Incluso uno tenía las manos como recogidas hacia adentro, en un puño, y sin mucha movilidad.

Pedro con su fiebre, su toalla mojada sobre la frente y su agobio (compartido por todos) porque no llega el médico, afirma que durante esas horas en las que ha estado cortando uñas, se le ha olvidado la fiebre, el trabajo y los problemas familiares.

Han sido minutos de total tranquilidad.

Por un momento, mientras nos explica su mañana, a pesar de sus ojos brillantes por la fiebre, sonríe y nos mira con muuucha paz



  

2 comentarios:

  1. Imagino que se debe a que cuando damos con generosidad como Pedro, recibimos mucho más de lo que damos...

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Cierto, es algo que hasta que no se vive, no se entiende.
    Hay que arriesgar y darse

    Al darse, al dar la vida, al elegir la vida (como tu blog), uno sale ganando . Siempre

    ResponderEliminar