jueves, 22 de septiembre de 2011

Sonríen

Las sisters sonríen por la mañana

Sonríen por la tarde




Y sonríen al atardecer





Por la noche no las he visto, pero sospecho que cuando duermen también sonríen.

      

6 comentarios:

  1. Buenas tardes Miriam.seguro que morirán sonriendo como el Cristo del castillo de Javier.Un abrazo.

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  2. Tienen el amor y la paz en su corazón y lo transmiten en sus caras. Es la paz de Cristo.

    Un abrazo.

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  3. Totalmente de acuerdo con lo que dice Capuchino. ¡Qué envidia me dan!

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  4. Miriam, estas entradas me encantan. No digo nada porque la envidia me corroe. Has pasado el verano perfecto. Un beso enorme!

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  5. Maria Jesús: y felices los que conviven con ellas.

    NIP: Seguro que entonces, al morir, también sonríen. Tengo pendiente visita a Javier¡¡ ¿qué tal es la peregrinación que hacen por allí el mes de marzo? ¿Es en plan adolescente o caben todos?

    Capu y Andy : Imagino que la clave es esa, que tienen a Cristo. Yo he disfrutado mucho como voluntaria No hemos vivido con muchas comodidades, pero al fin y al cabo, era una aventura corta con billete de vuelta. Hemos disfrutado de poder dar y ayudar con la ventaja de saber que en unos días volvíamos a casa, a la familia, a las sábanas limpias y la comida casera. Que si me ponía enferma volvía directa a casa, si había alguien muy quejica era sólo un quejica temporal, y si me picaban las pulgas, me colocaba como tobillera el collar de perros antipulgas y listo (por suerte no lo necesité, y se lo pude dejar a Ene, que al sentarse en un sofá, había acabado llena de picadas)
    Otra cosa son los misioneros que lo entregan todo y para siempre. Sin condiciones. En esa entrega más que palparse el amor a Cristo, es algo que te golpea. Y además va y sonríen ¡

    Cordelia: Este verano ha sido un regalazo¡¡ Me hubiera quedado mas, pero tenía temas de familia aquí, y no es cuestión de ir a cuidar a los del otro continente y dejar colgados a los de casa. Ina me decía que cambiara el billete, pero no era plan.
    Al llegar a Addis, no sé que hice, pero me quemé la nariz (son 2000 metros de altura y no notas como pega el sol, hasta que te quema. La ventaja es que no hay mosquitos -> no hay malaria)
    Al irme, al despedirme del centro, yo lloraaaaba.
    Así que, ya recogiendo maletas en el hotel, cuando fui a devolver la llave con la nariz requemada y los ojos rojos, la chica de recepción no sabía si desearme “feliz vuelta a casa y vuelve pronto”, o “mejor no vuelvas si vas a salir del país con ese careto” ;O)

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