Se acerca, se siente en el aire.
No hay quien detenga ya a la primavera.
Sentir el maravilloso espectáculo
Ver revivir a las víctimas del hielo, y sentir el calor que evaporará las lágrimas.
No hay catástrofe que sea irrecuperable.
Por eso es posible perdonar al agresor, y me conceden el don de a mi misma perdonarme.
Son posibles la luz, las chispas, las sonrisas, la vida, la ilusión, el amor, y las caricias.
Se acerca, se siente en el aire.
No hay quien detenga ya a la primavera.
(Vengo de escuchar a Jaques Philippe. Una de las ideas que me han quedado es la necesidad de recuperar la esperanza y la confianza, para así poder hacer crecer el corazón.
Para renovar el amor, para perdonar, para volver a la lucha, es necesario confiar en que el prójimo y uno mismo podemos mejorar. Si Dios no desespera de nosotros, es porque es posible el cambio)
Y a la inversa, desde hace algunos días, acá las tardes ya no se sienten tan calurosas.
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