Tú sí que eres feliz

Me lo contaba María. Estaba tomando un café con unas compañeras de colegio, cuando de repente ante un comentario de Ana, se quedó sin palabras.

Ana  le dijo

- Tú, tú si que eres feliz y tienes una vida fácil. Sin hijos, con trabajo, el tema económico solucionado, con salud... Podéis viajar, hacer lo que os de la gana, no tenéis gastos extras ni noches sin dormir.

Me cuenta que no supo contestarle, se quedo bloqueada. Solo acertó a decirle

- Yo también tengo problemas

- Qué problemas A ver qué, como vas a tener tú problemas....

Repasó mentalmente cuales eran sus problemas más graves. 

Lo de la "amiga" de su marido era un tema ya cerrado que era mejor no comentar fuera, pero aun le dolía muy dentro 

Lo del cáncer de su madre,  era un secreto familiar que su madre les había prohibido revelar. 

Tampoco valía la pena mencionar el agotamiento físico  de tantas noches cuidándola, seguido de mañanas repletas de comentarios  punzantes de su marido que insistía en que ella era la que más  horas dedicaba al cuidado de la madre, y que tenía que reclamar más ayuda al resto de la familia. 

La situación económica desastrosa de la empresa era algo que por su cargo y responsabilidad, no podía ni revelar, ni contar ni dejar intuir con sus palabras

Y sobretodo, la tristeza de aceptar que esos pequeños con los que había soñado desde niña, esos hijos a los que educar y por los que dejarse la piel, esos no llegarían nunca. Pero hablar de esa pena no tenía sentido, no  entenderían  el dolor que sentía.  

- Problemillas - dice que contesto con una media sonrisa, pero sin concretar ni detallar ninguno.