domingo, 23 de febrero de 2014

Se acaba el domingo.

Se acaba el domingo. Mañana segundo día de la semana y ya acabamos febrero.

Acabo de pasar por delante de oficina bancaria, de esas en las que las paredes son inmensos ventanales que dejan ver el interior. 
Dentro, en el espacio en donde están los cajeros, las luces del interior dejan ver un señor estirado, con la cabeza reclinada sobre una almohada y cubierto con una manta. En una esquina,  un carrito de la compra en donde guarda sus bienes. 
Junto al señor, a la altura de la cara, deslumbra la luz de una mini tele, tamaño tabletita. Ahí estirado, sigue un programa; no alcanzo a distinguir cual.
Cerquita de la entrada, haciendo las veces de felpudo de "bienvenida",  un gatito dorado, de esos de los chinos que mueven la patita. Éste tiene la patita quieta. Junto a él un tazón con una cara sonriente dibujada sobre su superficie 
Curioso como ha organizado su casa en ese cajero. Casa que desmontará mañana por la mañana, para volver a montar la siguiente noche. 



1 comentario:

  1. Buenos días Miriam. Por la noche quedan expuestos los mejores depósitos bancarios, no tenía dónde reposar la cabeza y mira tú, a falta de casa ahora tiene una caixa. Un abrazo.

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