Diseñó el pie, dos pies.
Sin escatimar en músculos ni huesos...
Coordinados sostener el peso del cuerpo, para andar, para correr, para ponerse de puntillas y besar la mejilla del padre, para ponerse de cuclillas, para acunar,...
Diseñó las manos, dos manos, cada una con cinco dedos. Para acariciar, para saludar, para dibujar , escribir, para trepar, cocinar, para notar la temperatura, tantear, para agarrar de la mano, percibir la suavidad o rugosidad...
Y en esas manos, y en esos pies.., el Hijo pidió un espacio en donde estampar su marca de amor.
Con dolor inmenso por los que rechazaron la mano, una llaga en la mano derecha.
Con amor enorme por los que sin saberlo buscaban cobijo, una llaga en la izquierda
Con tristeza grande por el dolor provocado al Padre, una llaga en el pie derecho
Con tormento por el amor despreciado, una llaga en el izquierdo
¡Feliz Pascua de resurrección, Miriam!
ResponderEliminarAbrazos fraternos.