martes, 19 de abril de 2011

Luna de martes

Una noche más, una jornada menos.

Hoy sólo he podido ver al Señor un momento.

Un llanto ha roto el murmullo del atardecer. Una pequeña de dos años, que fuera de la vista de su madre corría intentando agarrar a un perro, ha tropezado. Al caer se ha asustado y ha roto en llanto. Jesús se acerca y al levantarla, la mano del Señor roza con una piedra y se hace un  rasguño. La pequeña ve la sangre e intenta curar la herida con un beso. Aunque de poco sirve, el Señor sonríe.

Un ángel me cuenta que pronto todo Su Cuerpo será un enorme rasguño y sólo se podrán ver en su piel, las señales de los  golpes. En vez de cariños, recibirá insultos crueles, feroces, despiadados. Se concentraran en Su Persona, el odio, la violencia, la soberbia, la maldad, los comportamientos inhumanos, desalmados,  sádicos.
Pero, dice el ángel, nada de eso conseguirá apagar su amor. 
Yo sólo puedo hablar de lo que he visto hoy: un rasguño que ha llenado de ternura la cara de la pequeña y del Señor.
Sospecho que aún veré, como dice el ángel, mayores dolores, mayores amores.
Hoy es martes.

2 comentarios:

  1. Miriam, entre el comentario que hiciste el otro día en el globo, sobre la Madre que revuelve el pelo y quiere, y esto que estás escribiendo ahora, te estás saliendo. Sigue, por favor.
    A mí estas cosas me dejan sin palabras, porque yo suelo comentar paridas, pero las agradezco aún más.
    Un abrazo y gracias

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  2. Eligió una forma contundente de mostrar su amor.¿Cómo no acabamos de enamorarnos todos hasta el tuétano? Caminamos todo el día una Santa Misa.Feliz Semana. Un abrazo.

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