miércoles, 20 de abril de 2011

Luna de miércoles

Esta noche he tenido más suerte, el Señor está sentado fuera. Llega la Madre y se sienta a su lado.
Los dos me miran, miran la luna ya casi llena.

María le cuenta otra vez el momento de la anunciación y cuando los pastores y los reyes fueron a adorarle a Belén. Juntos recuerdan la infancia, los amigos, los viajes, Egipto, Nazareth, los vecinos, la carpintería, los momentos de oración de los tres: Jesús, María y José, los discípulos, las comidas....

Un golpe de aire frío y la Madre se estremece.

El Señor sonríe, le pasa una manta por encima de los hombros y susurra: "No te dejaré sola, Mamá. Cuando llegue el momento, todo ocurrirá como está previsto. Es necesario. No tengas miedo". Ella, siempre preparada para seguir los pasos de su Hijo, también sonríe. Con mirada cómplice aunque esta vez algo triste.

Me dicen los ángeles, que en unos días, cuando El sufra, Ella también sufrirá con Él.  
Le dolerán sus golpes y será herida por los desprecios que Le dirijan.
Ambos sentirán el tormento de ver el suplicio del otro.
Casi agonizará con Él y si no llega a morir al mismo tiempo, será por algún milagro divino.

Amará como El le ha enseñado.
El y Ella lo saben. El sufrimiento se acerca. Y con él, la victoria definitiva.
Me queda poco para llegar a luna llena.

4 comentarios:

  1. Y pensar que ese HIJO y esa Madre sufrieron lo que sufrieron por ti y por mi, por nosotros, por el género humano con sus traidores, sus travestis, sus malos padres y malos hijos, por los malos y los menos malos, que de maldad nadie está excento.

    Besos

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  2. Me encanta tu blog!! Que preciosas son tus lunas......y cuanto de oracion veo en tus entradas....me voy reflexiva y con deseos de volver a entrar en tu casa....

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  3. Qué hermosa tu oración. Y gracias por compartirla.

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  4. Miriam, sigo tu luna de cada día con el corazón conmovido y emocionado, gracias por tu sensibilidad.
    Besitos,

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