22 años respirando batallas y guerras.
Con 16 años, la intrépida princesa y su encantadora alma gemela, decidieron una tarde añadirse a la agrupación del rey y dedicar su vida a luchar por la paz y la justicia.
Esperaron un par de años, y a los 18, ya reconocidas como mayores de edad, se unieron a la compañía.
Iniciaron la formación juntas. Los primeros años vivieron intensamente cada segundo: las lecciones de estrategia en la batalla, los ejercicios de acondicionamiento, las clases prácticas de lucha incluso las comidas hablando de proyectos y las horas de sueño reposando ideales.
Las jornadas se sucedían intercalando la creciente ilusión con algún día más triste.
Del campo de instrucción a la batalla No en primera línea , pero luchando al fin y al cabo. Ahora separadas pero unidas en un mismo objetivo.
El rey a quien seguían adorando, nunca las dejo solas, e incluso las mantenía en contacto
A partir de entonces todo paso muy rápido. Los cambios de localización, nuevos compañeros, batallas repetidas, a veces ganadas y a veces perdidas…. Los años pasaban y fueron puliendo las armas
Después de 22 años, en reunión general los superiores junto con ella diagnosticaron que era el momento de dejarlo
El rey, ni demasiado cerca, ni demasiado lejos, la seguía amparando
Volver a la vida de a pie
Dos años para adaptarse, aprender a luchar desde dentro
Descubrió nuevas batallas, nuevos campos de lucha
Su amiga en el campo de batalla, ella desde dentro.
El rey las seguía cuidando
Hola. La VOCACIÓN
ResponderEliminar¡Que Misterio más grande!.Gracias