Recordaba. Y al recordar mi corazón que estaba agotado, ha vuelto a latir con fuerza. Al veros vivir , ha renacido en mi la esperanza, las ilusiones. Yo os he seguido Y la vida ha vuelto a llenarme; la luz ha vuelto a fijarse en mis ojos. La emoción llenaba mi alma. Y no podía dejar de miraros.
Esa noche, hace veinte años, yo no tenía sueño. Pero todos dormían. Me levanté, me acosté, me volví a levantar. No me dejaban alejarme ni despertarles. Decían que era muy niña, aunque mis ocho años a mi me parecían una eternidad Antes dormía siempre en casa, pero al morir mamá, padre no quiso separarse de mi ni un día, y me llevaba a dormir con él al campo, con los otros pastores y las ovejas, a pesar de las quejas de mi abuela .
Vi la luz, los ángeles, a tío Pedro despertarse y despertar a padre y al resto. Los escuche hablar, discutir, decidir, opinar... hasta que tío Pedro se plantó y proclamó bien alto dijo que él iría a buscar al niño, que se uniera quien quisiera.... Se levantó y arrancó a andar. Detrás padre, y yo de su mano. Detrás siguieron el resto de los pastores.
Recuerdo llegar, y esperar lejos del portal, mientras papa y tío Pedro se adelantaban para hablar con ese señor que cuidaba de la Madre y el Niño. José se llamaba,. Se convirtió en amigo de la familia. Aun guardo unas cucharas de madera con unos corderitos tallados en los extremos, que nos regaló antes de irse de Belén
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