miércoles, 16 de mayo de 2012

Carlos y la orientación


Cuando Carlos se juntaba con Marta, nos hacían reír y reír.
Carlos tenía salidas muy buenas y un punto de… no sabría como llamarlo, como de “vedette” o showman, estilo Boris Izaguirre. Marta estaba enamoradísima de él, pero él no quería pasar de ser un gran amigo en quien volcar confidencias y con quien acudir a cenas, reír a carcajadas y bailar en la disco.
Yo me llevaba bien con él pero…… De vez en cuando se le iba la olla y se ponía más que pesado, se volvía histérico. El detonante podía ser un chiste que ridiculizara un sector de la sociedad, un comentario políticamente incorrecto o las discusiones que teníamos con Fran sobre temas polémicos. Empezaba quejándose de lo que fuera y de forma muy hábil redirigía su discurso para comentar lo malísima que era la iglesia. Primero con razones, al rato con tonterías, después a gritos y como final soltaba una carcajada. Yo no entendía si iba en serio o solo estaba montando el numerito

Paso el tiempo Dos años después de acabar la carrera, me llama Marta para quedar urgentemente para un café. Le ha llegado un bombazo. Carlos ha salido del armario. La verdad es que después de tanto tiempo preguntándose porque él no le hacía caso, la noticia se convirtió en instrumento, en una especie de terapia con la que aumentar su autoestima y relajarse.

Con Carlos, como con el resto de compañeros coincidimos cada vez menos. El propósito era reunirnos cada año, al menos por Navidad, pero la vida se complica y sin enterarnos, pasan los años sin vernos.

Hace unos 7 años, cuando se estaba aprobando lo de la adopción por homosexuales, no encontramos en la comida de compañeros... Él me preguntó que pensaba sobre la adopción. Yo, temblando por si volvía con sus numeros histéricos, le dije en casi un susurro, que no me parecía bien (4 palabras,  lo más amable que se me ocurrió, sin faltar a la verdad)  El sonrió y me dijo... “bueno, se va a aprobar igualmente.” Y me sacó la lengua, en plan simpático.

Yo no creo que el camino que ha escogido sea el que le vaya a hacer feliz Y pediré siempre porque encuentre su felicidad en un vivir sin una pareja masculina.

Pero… Y sí, hay un pero. Sí creo que fue importante el paso de darse cuenta de cual era su situación. Aunque luego su forma de asumirlo no es la que yo recomendaría.

No sé si durante esos años de universidad, él sabía o no, o escondía, o no quería ver Pero esos estallidos amargos, esa rabia… todo eso no creo que fuera bueno.

Y evidentemente, lo sigo queriendo muchísimo… 
Mi amiga también aunque ahora sí, solo como amigo. Y como amiga le toca aguantar las llamadas “trágicas”, los llantos y lamentaciones, la desesperación cada vez que él corta con un novio y necesita hablar con alguien.  
Anda que no tiene su punto graciosillo, la vida.

   
 
                              

4 comentarios:

  1. Menos mal que salió del closet antes de cualquier compromiso con tu amiga. Sé de un par de matrimonios con hijos, íntimos amigos entre los 4 y sus hijos, a quienes un día que la dueña de la casa de turno debió subir a buscar algo a su dormitorio se encontró al par de maridos haciendo de las suyas. ¡Eso sí que es terrible!

    ResponderEliminar
  2. Buenos días Miriam. Saben que no quieren ver y la rabia es ira y resto de capitales. Hay que tener el brazo extendido hacia ellos porque en cualquier momento con ayuno y oración pueden ser liberados por Ella,escapar y saltar a barca de Pedro. Ya conoces uno con nombre y apellidos al que puedes poner rostro que precisa 'lo salves' enraizada a tu Vid, Jefe y Salvador. Mucho más firme que un matrimonio; ¿Te animas a pescarlo?. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Ufff, alemamá, esa historia es impresionante y muy dura. Eso de que la realidad supera la ficción es totalmetne cierto

    NIP, anda que menuda idea has tenido, yo de pescadora¡..... Pero así en bajito, reconozco que por varios motivos, me mola el comentario y el encargo (gracias)

    ResponderEliminar
  4. Hola. Sal con una red bien grande.Gracias.

    ResponderEliminar