jueves, 17 de mayo de 2012

Fran, todo simpatía

Como a base de meter la pata, una aprende a reconocer más rápidamente que ha metido la pata.

Fran era todo simpatía. El pelo negro, cortito, tipo cepillo y con una sonrisa encantadora. Era más de escuchar y observar que de hablar. Eso sí, cuando le daba por comentar, nos hacía reír hasta las lágrimas, con sus ocurrencias.

Nunca llegaba a la clase de las 8h. Se presentaba a las 8.30h y como ya era muy tarde, se iba al bar a esperar al descanso de las 9h. Las primeras semanas del curso, intentaba seguir la clase de 9 a 10, pero como según él, no se enteraba de nada, decidió aprovechar esa hora para hacer fotocopias de los apuntes de la primera clase e irse a estudiar a la biblioteca…. O al bar

Cuando organizábamos una cena, nunca era puntual. Nosotros quedábamos a las 21.30 y él llegaba sobre las 22.15. Pero él sonreia, y se hacía perdonar. Así que aprendimos a asumir que él funcionaba con un horario propio.

Al tercer año, empezó a salir con la hermana del marido de su prima. Nos dimos cuenta de que iba en serio cuando la empezó a traer a las cenas. Un día, hablando con esta chica, nos descubrió algo que desconocíamos. Fran vivía con su abuela y su madre, esto sí lo sabíamos Lo que ignorábamos era que su madre era paraplejica. La abuela la cuidaba todo el día, pero necesitaba a alguien con fuerza que la levantara por la mañana de la cama para sentarla en la silla de ruedas y por la noche la volviera a acostar. A mediodía la hermana y el cuñado pasaban por la casa para echar una mano.
Por la mañana y por la noche, siempre estaba Fran.

Tanto tiempo pensando que era un manta perezoso con una sonrisa adorable...

Dos comentarios finales:
 -Los nombres los he cambiado, porque aunque nada de lo explicado es secreto, es su vida y son mis amigos
- Meses después cortó con esa chica. Ahora está casado con otra y tiene cuatro peques. Uno lo adoptó en un orfanato que gestionan las Misioneras de la Caridad. El no es creyente, más bien tiraba a lo contrario Por eso me encantó oirle hablar con tanta admiración de las Sisters.
Me contaba  que las monjas se pasan todo el día trabajando , cuidando de los niños y rezando.
Y el ratito que tienen  para descansar, no descansan. Van a la prisión a dar de comer a los presos. Por lo visto allí a los que están en la carcel no les dan de comer. Simplemente estan encerrados sin más, ni rehabilitación, ni cuidados, ni "tonterías" La comida se la tienen que llevar los familiares o amigos. Y si no , no comen.
(esto creo que ya lo había contado, pero como el chico entra dentro de la serie de meteduras de pata, repito historia)
   
                              

2 comentarios:

  1. Buenos días Miriam. Siempre me han fascinado las ejemplares historias de esos otros que 'no son de los nuestros'. ¡Rayos y truenos! vaya ejemplo has puesto para arrancar mi tibieza.Un abrazo.

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  2. Puedo seguir llamándote NIP?
    La historia de Fran cuidando a su madre y adoptando, tiene mucho de generosa. Aunque, tmbién tiene sus momentos no tan admirable, como pasa en la vida de todos Pero no tocaba comentarlos en esta entarada.
    En definitiva , no deja de ser un hombre que sin el ser consciente, ha ayudado a hacer visible el amor del Señor. Pero que también necesita conocer al Jefe, para no perder el norte ni dejarse corroer por ese egoísmo que nos ataca a todos.
    Que tengas genial semana¡

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