martes, 19 de febrero de 2013

Dando la espalda Alrededor de la lumbre

Ya tenía ganas de que llegara la noche y así poder explicarte lo de María. 
Mientras ella me lo contaba, no paraba de sorprenderme su sonrisa. Era como escuchar el relato de un viaje emocionante repleto  de aventuras. 

De repente un día, en un momento, se quedó sorda del oído derecho. Bueno, del todo no, le queda un 20% pero ella dice que a la práctica es como si no tuviera nada. Con un casco, de los de música,  en ese oído, no oye nada. 

Si duerme, apoyando el oído “activo” sobre la almohada y con el “malo”al aire, ya puede entrar una orquesta en su habitación, que no se entera. 

En el trabajo,  concentrada frente al ordenador, cuando se acerca alguien por su derecha, hablándole, como a ella el sonido le entra por el único oído que le funciona, el izquierdo, su cerebro interpreta que se acerca alguien por la izquierda. Y ella va y  se gira para ese lado dando la espalda a la persona que le está hablando y llega por su derecha.  

Sonríe y susurra diciendo que ella sí está segura; que aunque los médicos dicen que no recuperará oído,  en primavera, todo volverá a su sitio y podrá volver a escuchar en estéreo. 

No te lo imaginas Señor, su sonrisa.  
Mientras me lo contaba, no podía parar de mirar su alegría

                                           
                                                                   









1 comentario:

  1. Todo un ejemplo de Fe. Gracias por contarnos la historia de Maria. Un abrazo

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