Ese trozo de madera,
como el Cireneo,
acompañó al Señor
en la gesta de conseguir nuestro perdón.
Instrumento de tortura
y herramienta de salvación
Sus fibras, su celulosa
quedaron empapadas con Su Sangre.
La cruz que estuvo junto al Señor en el momento de la redención.
Pobre de quien no reconozca su cruz ¿como será consolado?
ResponderEliminarSomos afortunadas. Un abrazo.
Mento o Sacramento, gracias por pasar por aqui... aunque te conteste con casi dos semanas de retraso.Un megabrazo¡
EliminarQué bonito y qué fuerte. Lo comparto contigo, estimada Miriam.
ResponderEliminarCyrano.. que gran misterio la cruz. Yo quiero aguantar allí, a su lado, pero en cuanto veo su sombra...
EliminarHola. Impresionas. En Sto. Toribio de Liébana (Cantabria) podemos besar el trozo más grande de esa santa Cruz.Gracias.
ResponderEliminarTheo... ¡qué suerte los habitantes de Sto Toribio!
EliminarEspero que todo te vaya bien