domingo, 2 de septiembre de 2012

Zaqueo y el corazón



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Copio aquí, el comentario de D Javi, y así la entrada queda menos desangelada,  más completa y sube de nivel¡
Es guay tener comentaristas que te escriban las entradas ;O)


Gracias, oiga. Muchas gracias por esta colaboración tan lacónica y eficaz. Y por el título: "Zaqueo y el corazón". 

Los diez mandamientos de la Ley de Dios son muy importantes.
Los cinco mandamientos de nuestra amable Iglesia son muy importantes. 
Tanto que no creo yo que pueda entrar en el Reino de los Cielos quien se salte una coma o una tilde de la Ley. 
Por eso mismo hay que leer la Ley sin saltarse ni una coma, ni una tilde. Sin añadir comas ni tildes. 
Porque hasta en los acentos aletea el Espíritu que puede cambiar nuestros corazones para habitar en ellos. 
Por eso mismo, más que recitar la Ley -como hacen muchos amables lectores en Misa saltándose no solamente las comas y las tildes sino hasta las vocales y las consonantes- hay que escuchar al Legislador cuando nos dice: bájate del guindo que quiero hospedarme en tu casa. Y hay que recibirlo en casa -en el corazón- con regocijo. 
Y hay que escuchar sus acentos e inflexiones de voz y regocijarse mucho y mucho por tener en casa al más Amable Legislador.
Hacer oración no es subirse a una higuera para ver a Jesús sino escuchar a Jesús que dice: "hoy comeré contigo" y prepararle una buena comida en casa con los amigos regocijándose mucho y mucho en todo ello.
                   
                                                              

                                    

4 comentarios:

  1. Gracias, oiga. Muchas gracias por esta colaboración tan lacónica y eficaz. Y por el título: "Zaqueo y el corazón".
    Los diez mandamientos de la Ley de Dios son muy importantes. Los cinco mandamientos de nuestra amable Iglesia son muy importantes. Tanto que no creo yo que pueda entrar en el Reino de los Cielos quien se salte una coma o una tilde de la Ley. Por eso mismo hay que leer la Ley sin saltarse ni una coma, ni una tilde. Sin añadir comas ni tildes. Porque hasta en los acentos aletea el Espíritu que puede cambiar nuestros corazones para habitar en ellos. Por eso mismo, más que recitar la Ley -como hacen muchos amables lectores en Misa saltándose no solamente las comas y las tildes sino hasta las vocales y las consonantes- hay que escuchar al Legislador cuando nos dice: bájate del guindo que quiero hospedarme en tu casa. Y hay que recibirlo en casa -en el corazón- con regocijo. Y hay que escuchar sus acentos e inflexiones de voz y regocijarse mucho y mucho por tener en casa al más Amable Legislador.
    Hacer oración no es subirse a una higuera para ver a Jesús sino escuchar a Jesús que dice: "hoy comeré contigo" y prepararle una buena comida en casa con los amigos regocijándose mucho y mucho en todo ello.

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    1. Pues copio su comentario en la entrada y así queda completa.
      Espero que no le importe

      Es guay tener comentaristas que me escriban las entradas... y de nivel¡¡ ;O)

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  2. Si tuviera que acusarla a usted de algo la acusaría de ser demasiado buena conmigo.

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    1. Pronto le llegará la factura.
      Y con Iva al 21%, que ya es septiembre

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