Este año, y el anterior, y el anterior al anterior, unas semanas antes de Navidad, han aparecido sobre algunas fachadas, unas estrellas enormes, de esas que se ven desde muy lejos.
En su mayoría están situadas encima de la puerta del edificio, sobre la entrada de la casa que da la calle
Pero he visto una en un callejón, colgando entre dos fachadas. Era tipo cometa, con su cola repeinada y la cabeza coronada apuntando hacia la amplia puerta de madera de la casa.
Este año, y el anterior, y el anterior al anterior, varias iglesias de esta ciudad, han colocado luminosas estrellas señalando la entrada. Son luceros silenciosos y a la vez cantarines. Algunos guiñan sus ojos resplandecientes, otros permanecen estáticos en su brillo, y los hay que lanzan destellos musicales.
Este año, y el anterior, y el anterior al anterior, alguien, casi sin darse cuenta, siguiendo las chispas artíficiales de esos astros, se ha encontrado delante de la puerta de una iglesia. Y ha entrado. Y ha encontrado un Niño
Y el Niño desde el cielo, ha sonreído.
Y las estrellas, las del cielo, han palpitado
Y las estrellas, las del cielo, han palpitado
Palpitar, tililar, resplandecer... debe ser la manera de las estrellas de dar palmas y aplaudir.
ResponderEliminarA falta de pandereta...
Marita
Marita, ¡ Qué preciosas las estrellas tan animadas que describes¡¡
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