Antes de irse a dormir, dio gracias por el día.
Recordó esa chispa de odio que brillaba en los ojos de algunos de los fariseos. Las miradas de desprecio y las palabras acusadoras.
Esos instantes de tensión seguido del corto dialogo.
La pausa, y el silencio.
El sonido de las piedras cayendo al suelo y los pasos alejándose.
Protagonista de un rescate.
Y ese momento en el que una mano se acerca y levanta del suelo a una persona.
Mientras se reincorpora, recupera su dignidad, su autoestima, su fuerza Esta vez su orgullo ya no se basa en ella, sino en el cariño y la confianza del que la levanta.
Y ese momento en el que una mano se acerca y levanta del suelo a una persona.
Mientras se reincorpora, recupera su dignidad, su autoestima, su fuerza Esta vez su orgullo ya no se basa en ella, sino en el cariño y la confianza del que la levanta.
Antes de irse a dormir, dio gracias y sonreía.
En otra casa, antes de dormirse, ella también daba gracias.
Esa mañana había vuelto a saberse persona, alguien especialmente querida y buscada , rescatada por el mismo Dios.
Ella también, antes de irse a dormir, dio gracias y sonreía.
Una noche menos para la noche elegida.
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