Escucha mamá, he oído a Pedro todo entusiasmado, hablar con el1 Señor. Le decía que daría su vida por El
¿Te imaginas mamá, que en unos días Pedro muere para salvar al Maestro ?
- ¿ Y qué decía el Maestro?
- Sonreía. Y explicó no se qué de un gallo. Y en cada palabra parecía que se le escapaba un algo de profunda tristeza.
El peso de mirarnos y ver nuestras cobardías es terrible. Afortunadamente Pedro tuvo un Señor que si de algo sabía era de perdón.
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