miércoles, 7 de enero de 2015

Reyes y abandono

Pactaron con David que le daría el chupete a los reyes porque ya era mayor y no lo necesitaba.
El 5 a mediodía, lo metieron en un sobre. El 5 por la tarde fueron a ver la cabalgata, David, los hermanos mayores, los primos, los tios, los padres, los abuelos... 
Al finalizar el recorrido, los reyes se sentaron fuera de la iglesia para recoger las cartas más rezagadas. El peque junto con su padre, subieron y les entregaron el chupete. 
Toda la familia se dirigió al interior de la iglesia, esperando a que los reyes entraran a adorar al Niño. Los peques sentados en el suelo, sobre los escalones que llevan al altar, muy cerquita del nacimiento. 
Entraron los reyes en la parroquia, los niños los miraban con la boca abierta. Pasaron junto a los pequeños, ellos alargaban sus manos, saludando e intentando tocar sus mantos cuando ellos no miraban.
El párroco leyó el evangelio. Todos en pie. El micrófono pasó a los reyes. Todos se sentaron y Gaspar habló. Al finalizar se acercaron al Niño para entregarle los regalos. Recogieron sus mantos y, saludando a los niños, se fueron.
Y entonces, solo entonces, David corrió hacia a su padre, reclamando el chupete
- Papá, pete. Papá, pete.... 
Cada vez más alto, cada vez en un tono más trágico.
Gritaba, y lloraba. Uno de los niños de la parroquia de la misma edad, se acercó ofreciéndole su chupete. Pero David no lo quería. Con sus dos años y medio sabía perfectamente que es lo que había pasado y cual era su objetivo. No necesitaba un chupete solo para ese momento. Él quería su chupete disponible para ese momento y para el futuro.
¿ Se le habrá pasado hoy el disgusto, o el año que viene pedirá a los reyes, que le devuelvan el chupete ? 


      
      
    

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