domingo, 25 de enero de 2015

Reza y enciende una vela. Por los cristianos perseguidos.

Le comentaba a mi sobrino que mi padre, su abuelo, contaba que a las pocas semanas de hacer  la Primera Comunión, no pudo volver a asistir a Misa hasta que pasaron tres años. Cuando  finalizó la guerra y pudo asistir otra vez a Misa, ya no se acordaba ni sabía seguirla. 
Durante esos años de guerra, un día entraron en su casa, para registrarla . Agarraron imágenes, fotos , libros y otros objetos y con ellos hicieron una hoguera. Entre las cosas para quemar, habían puesto el Misal, su Misal de Primera Comunión, el que casi ni había estrenado.
Los del registro se fueron sin esperar que acabara de quemarse todo. Así que mi padre cogió un palo y rescató su Misal de las llamas. Aun lo guardamos en  casa, medio quemado. 
A punto de hacer la primera comunión  mi sobrino no podía creer que eso le hubiera pasado a su abuelo y en este mismo país.

Hoy rezamos por los cristianos perseguidos. No podemos, no debemos olvidarnos de ellos





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