"Como vuelvas a decir que te he dejado solo,
te doy con la cruz en la cabeza"
Gravedad en la voz, ternura en la mirada.
Un abrazo entretejido en las palabras.
Se me van los ojos, a las heridas de sus manos.
No, ni siquiera me daría una colleja con el dedo gordo.
No, ni aunque yo fuera un imposible, me abandonaría.
Respiro profundamente...
Y se me escapa una sonrisa.
¡Uhh, volé donde Él y si, se me escapó una sonrisa.
ResponderEliminarGracias Miriam
Fraternalmente,
¡Que bueno! A mi también se me escapa una sonrisa
ResponderEliminarBuenos días Miriam. Eres genial!!!.Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, yo no haría bromas con las cosas del Señor, aunque sea una broma tierna.
ResponderEliminar.
Oye, me paso por aquí para pedirte que me leas mi último artículo sobre la enseñanza de religión en la escuela y me des tu opinión... Si no es mucha molestia.
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Gracias.
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Un abrazo y que Dios te bendiga.
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Coño, Miriam, me dejas sin habla (como casi siempre). ¿Te llegó mi correo?
ResponderEliminarBesos
A todos, genial domingo celebrando la victoria del Señor
ResponderEliminarCordelia, me llegó tu mail y te he contestado esta tarde. Es auténtico esto de contactar en un blog, en otro, por mail…
Javier: Me paso por tu blog para ver lo del artículo