Dormir, para descansar la mirada.
Y mañana despertarla fresca, valiente, tierna.
Alzada.
Aprender a verlos y a vernos, como nos ve el de arriba.
Siempre con cariño.
Siempre y a pesar de todo.
Siempre y a todos, todos.
Siempre y con esperanza.
Entrenar la mirada.
Buenos días Miriam. Entrenar el alma para amar con toda plenitud siempre.Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre...
ResponderEliminarAún sin poder descansar...
Un abrazo.