Del dentista y mi secreto (2a parte)

 La tercera ventaja se refiere a ese colmillo  que está esperando para salir.  Cuando le toque aparecerá lleno de vitalidad, con muchas ganas de trabajar y poco desgaste. Es un colmillo de repuesto hecho y derecho, que ha sabido esperar y sabrá masticar)

Estaba pensando yo en todo esto, cuando el dentista,  derrumbó todos mis sueños de un plumazo.
Sospecho que era la venganza ante mi desconsiderado comentario sobre lo fácil que era extraer una muela ,

Según él, el colmillo de leche cada vez tiene menos raíz, y es bastante improbable que dure toda la vida, (o sea toda mi vida)

- Bueno - dije yo - como tengo uno de repuesto y bien nuevecito, no me importa.

- Es que ese que tienes escondido ya no está en condiciones- me contesta

- Ya ya,  porque tú lo digas - pensé yo. Esta vez para mis adentros para que no pudiera fastidiarme mi ilusión.

- Y aunque estuviera bien, no cabría. ¿No ves que el que tienes ahora es más pequeño, y cuando se caiga, si baja el nuevo que es más grande,  empujará y provocará una catástrofe, subiéndose los dientes unos sobre otros? Vete haciendo a la idea, cuando se caiga habrá que sacar el escondido para poder ponerte un implante.

Ya no dije ni pensé nada más... Estos dentistas son medio brujos, te leen los pensamientos y te los derrumban.

Pero yo conozco mis dientes, y para mi , que a este canino , aun le queda por dar mucha mucha guerra. Y el que está escondido, aunque aún no lo he visto, intuyo que tiene madera de buen diente.

Aunque, volviendo al inicio,  lo realmente intrigante de esta historia es saber,... ¿qué me traerá el ratoncito Pérez?