Abro el bolso, y compruebo que el móvil está en silencio. Lo vuelvo a guardar
Voy caminando, en fila.
Con mil tonterías revoloteando por mi mente.
Un comentario y mi boca, ella sola, contesta: “ Amén “
Y de repente….
Una caricia.
A pesar de mi despiste, del desprecio involuntario, se ha
acercado.
¿Será que no se ofende o que pueden más sus ganas de verme?
Triple glups.
Me quedo, ahora sí, disfrutando de su compañía.
Tan cerca
Hasta que se va.
Buenos días Miriam. Tiene tanta sed... Ya sabes que el bicho mata moscas con el rabo así que procuraremos no ser despistados en nuestra Peregrinación con ardiente oración.Otra forma de verlo es descubrir que hay algo en el corazón que podría ser desincrustado para dejar más espacio en la próxima peregrinación. Un abrazo.
ResponderEliminarJe, je. Ya que no saludabas tú, saluda Él.
ResponderEliminarAnda, que si llegas a decir "huy, no te había visto"...
No, creo que habría colado.
Perdón, he querido decir "NO habría colado".
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