Esa mano de bebé, con minúsculos deditos que se cierran sobre el dedo de su Madre.
Esa palma de la mano color claro, esa mano crecerá.
Y un día será desgarrada por un clavo.
Solo entonces aparecerá una mancha roja, allí en su centro.
Sin ser marca de nacimiento, será marca de nacimiento de todos nosotros.
María lo intuye.
Hoy al menos, tiene esa manita al alcance de la suya, para protegerla.
Cierra su mano sobre la del Niño y lo besa en los mofletes.
Seguramente también besará amorosamente la sonrosada manito.
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