Me tocaba la semana pasada, pero lo dejé por si caía una propina de rayos de sol.
Consecuencia: esta semana, ante la visita a traición del frío, me ha tocado ir vestida a lo patchwork , mezclando camiseta, blusa, jersey, chaqueta, abrigo, pañuelo…No podía retrasarlo más, y ayer me puse manos a la obra. Tocaba liberar de su encierro a los jerséis y cuellos altos que reposaban ocultos en una oscura caja. Despertarlos con caricias, ayudarles a desperezarse, estirarlos y colgarlos aún medio dormidos, en el armario. La plancha la dejo para más adelante, tampoco hay que agobiarlos de golpe
Casi al tiempo, cantaba a las blusas sin mangas, camisetas y vestidos de verano, la canción del escondite. Ellas, engañadas, se dejaban recoger, doblar y casi se escondían divertidas, ellas solas en la caja. Al poco se han quedado dormidas, reposadas, hibernando. Hacen bien, sólo serán encontradas cuando vuelva el sol de primavera. Y aún quedan unos meses para que venga a rescatarlas
Una no es muy ordenada y para peor mi vestuario lo sabe. Así la ropa se divierte resbalando de donde la dejo para mezclarse, esconderse, doblarse o desdoblarse, despertar... Juegan felices de verse libres y en grupo, danzando… y volviéndome loca.
La habitación se ha convertido en un campo de batalla de ejércitos textiles.
Y en ese momento, de caos, colores, texturas, y tejidos distintos invadiendo mi espacio, una idea se ha colado en mi cabeza. Una idea que, espero, dará lugar a una rosa. Una de las de octubre
(seguimos en la próxima..)
Siempre pasa lo mismo , cuando uno tiene que cambiar ropa para las distintas estaciones, no te preocupes, aveces es lindo un poco de desorden , y mas cuando esta lleno de texturas y colores!
ResponderEliminarQue tengas un bella semana:)
Miles de besos de chocolates:)
No coja frío. Le agradezco muchísimo sus comentarios en mi blog. Es usted una mujer, una cristiana, con la cabeza muy bien amueblada y dialogante y juvenil. Plenamente cristiana y plenamente moderna. Gracias.
ResponderEliminarY yo estoy deseando ya guardar los jerseys y despertar a las mangas cortas, pero este calorcito se está haciendo de rogar!
ResponderEliminarBesitos,
Pato´s: me encantan tus palabras positivas. Llevan, además de chocolate, como cosquillitas dentro.
ResponderEliminarGracias por los ánimos¡¡
Soñadora: Me gustan los cambios de tiempo (pero no tener que cambiar la ropa) Aunque especialmente me encanta el tiempo que os llega ahora, pasar del fresquito al calor es genial. Espero que os llegue pronto¡
Sin retorno: mogollón de gracias por sus palabras y por dejarme intervenir tanto en su blog. Me gusta y me divierte ( aunque a veces se me entiende al reves).
Por cierto, por si no se ha entendido, lo del cochinillo es broma. Vería difícil apuntarme, Pero si quedan, espero que cuente en su blog el menú y alguna anécdota.
De corazón, gracias ¡¡
Yo, prácticamente estoy al otro lado del océano, en donde el cambio de estaciones ni se nota. Pero ya que trae a cuenta, todo este embrollo, pues como que el cambio de las estaciones es más notorio. Claro, debido al famoso cambio climático. Así que, si Dios me presta vida, es posible que esto mismo se comente dentro de poco.
ResponderEliminarJe,je, pues si llegas a ver mi habitación la semana pasada... Creo que tenía ropa desde la Primera Comunión. A eso se le llama pereza y lo demás fantasía. Ay.
ResponderEliminarCada cosa tiene su momento y la vida tambien se viste de colores en mmomento determinados lo importante no es perder la paz unidas en oración
ResponderEliminarHola.Disfruté de la batalla contra el ejército textil.Gracias.
ResponderEliminarRoberto: espero que no os afecte lo del cambio climático. Al menos para ahorraros lo de la ropa de invierno y de verano. Gracias por comentar
ResponderEliminarAltea, guapísima, con tu comentario me siento comprendidísima
Lourdes: genial el comentario “cada cosa tiene su momento” para pensar y asumir
Theo: Me encanta ver tu osito en los comentarios¡