miércoles, 9 de mayo de 2012

Crispas 2a parte. ( Historia real )


A todo esto llegamos a una parada, y la chica, con todos sus datos apuntados, se baja.

Sorpresa, coincide que toca cambio de  turno. Mientras sube el nuevo conductor, el que se va le comenta que los pasajeros están revolucionados. La señora sin uniforme, también desciende.
En el autobús, el señor enfadado empieza a insultar al conductor que ya está fuera. El conductor se rebota y le contesta. Empiezan con amenazas, que si te pego, que si tu madre, que si eres valiente, que si te doy con una barra...

El conductor en activo, comenta que tiene que continuar el servicio.
Se cierran puertas y dejamos atrás al conductor y su compañera conductora.

El señor vuelve a su sitio, al final del autobús, recorriendo todo el pasillo con andares de vaquero
Y entonces, no sé porque, va y me meto yo. Cuando ya está todo por acabar.
Que ya sé, que no tenía por qué y que lo mejor es tomárselo a risa, que además es muy sano. Pero me pilló cruzada.

Me levanto para bajar en la próxima parada y mientras espero, arranco con mi rollo

Le digo al señor, que no me parece bien. Si hablar con una persona puede distraer al conductor, tener además dos persona al lado, gritando, puede ponerlo nervioso y provocar un accidente aún peor.Si no le parece profesional y quiere denunciar , que denuncie pero que hay que ser coherentes y no puede quejarse de las distracciones y hacer lo mismo

El señor me mira sorprendido, se defiende alegando que todo es culpa del conductor.

Yo sigo con mi discurso, tranquila pero constante, dándole cada vez un toque más dramático. Vuelvo con que he pasado miedo, mucho miedo, por si teníamos un accidente. Exagero un poco. Bueno mucho. A decir verdad exagero totalmente. Lo que he pasado no es miedo, es vergüenza ajena. Pero le he cogido el gusto al papel de "justiciero" teatrero.

Llega mi parada. Acabo con un "esa es mi opinión, cada uno tendrá la suya, pero esa es la mía" Y desaparezco del improvisado escenario.
¡Qué tragedia! Con lo que me repelen a mi los justicieros.

      

4 comentarios:

  1. Buenos días Miriam. Si lo guardas te envenenas, ¡has hecho requete bien! sosegada, pausada, de devolviste esa crispación que te prestó durante el enfrentamiento envuelta en un lazo amable de discrepancia para su sorpresa, la del cow-boy bueno, mejor cow-mr ó simplemente y en confianza cow. Un abrazo.

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  2. Yo no tengo valor para nada, Miriam. En el autobús un señor puede sacar una navaja y degollar a otro, que yo fingo mirar muy fijo por la ventanilla.

    Me alegra que tú seas más valiente.

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  3. Sobre la historia del autobús, el problema es que cada día la gente está más crispada.
    Lo que me preocupa es que me contagie¡
    Me ha recordado un par de historias de amigos En todas, los comportamientos extraños de algún amigo, tienen una explicación oculta que no descubrí hasta pasado mucho tiempo.
    El problema es que una, o sea yo, es lenta en aprender a dar una oportunidad a la duda, y no entrar a juzgar a saco a la gente
    Al menos sí estoy aprendiendo a reirme de mi propia tontería mental y de mis meteduras de pata¡¡¡

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