El autobús es un sorprendente sembrado de asientos, en su mayoría vacíos, que lucen procurando ser los escogidos para ser ocupados.
El conductor va comentando el camino con una señora que se mantiene de pie a su lado.
De repente una pasajera sentada al final del autobús, morena de unos treinta y largos, grita,
- ¡ No se puede distraer al conductor !
Como no le hacen caso, vuelve a coger aire, y exclama
- ¡ No puede hablar con el conductor !
El conductor, aprovechando el rojo de un semáforo, se gira y le contesta también a gritos, ya que el autobús es de los dobles
- Es una compañera de trabajo, conductora también
- Pues no lleva uniforme. Y usted tenía obligación de cambiarme la tarjeta .
El conductor sigue conduciendo. La señora que está a su lado, se mantiene allí, en pie
Sigue la pasajera
-Cuando está estropeada y no funciona, el conductor tiene el deber de cambiarla. Y a mi no me la ha cambiado. Como venga un revisor, me pida el tiquet y me intente multar por ir sin billete, se va a armar.
Se añade a la discusión un señor, que viaja con su mujer, y también está sentado al final del autobús doble. El se parece a Walter Matthau, ella tiene un aire a Mia Farrow. El caballero también grita al conductor.
- ¡ Que no se puede hablar con el conductor! ¿Quién se cree usted para no cambiarle el tiquet a la chica?
Se levantan los dos , recorren tooooodo el pasillo, y una vez al ladito del conductor, le recriminan.
La chica amenaza con denunciarlo, el hombre la anima a llamar a la policía.
- ¿A quién?
- Al 092- responde él
A todo esto, la chica que está sentada a mi lado, se está partiendo de risa. Yo , que tengo el día cruzado, en vez de tomármelo a risa, me voy poniendo nerviosa.
La chica marca el 092, e inmediatamente le intenta pasar el teléfono al señor.
- Habla tú que yo estoy muy nerviosa. dice ella
- Lo siento, no puedo - responde él - Llevo aparatos en el oído y se acoplan con el teléfono.
Así que le toca a ella hablar con el 092.
-Cuando está estropeada y no funciona, el conductor tiene el deber de cambiarla. Y a mi no me la ha cambiado. Como venga un revisor, me pida el tiquet y me intente multar por ir sin billete, se va a armar.
Se añade a la discusión un señor, que viaja con su mujer, y también está sentado al final del autobús doble. El se parece a Walter Matthau, ella tiene un aire a Mia Farrow. El caballero también grita al conductor.
- ¡ Que no se puede hablar con el conductor! ¿Quién se cree usted para no cambiarle el tiquet a la chica?
Se levantan los dos , recorren tooooodo el pasillo, y una vez al ladito del conductor, le recriminan.
La chica amenaza con denunciarlo, el hombre la anima a llamar a la policía.
- ¿A quién?
- Al 092- responde él
A todo esto, la chica que está sentada a mi lado, se está partiendo de risa. Yo , que tengo el día cruzado, en vez de tomármelo a risa, me voy poniendo nerviosa.
La chica marca el 092, e inmediatamente le intenta pasar el teléfono al señor.
- Habla tú que yo estoy muy nerviosa. dice ella
- Lo siento, no puedo - responde él - Llevo aparatos en el oído y se acoplan con el teléfono.
Así que le toca a ella hablar con el 092.
- Mira, que estoy en el autobús 6 y el conductor no me ha querido cambiar el tiquet que estaba estropeado. Si ahora pasa un "retrovisor" - yo que me imagino un retrovisor pidiendo los billetes, con sus piernas y dos brazos saliendo del espejito- aquí se arma. Porque yo no voy a comprar otro billete. Y además, el conductor está poniéndonos en inmenso peligro, hablando con una chica que dice que es trabajadora pero no lleva uniforme. ¿Qué van a hacer?
Me imagino la cara de la persona del 092 que ha recogido la llamada. Ella va recorriendo otra vez el autobús, hasta llegar al final. El hombre la sigue.
Al minuto y medio cuelga
- Dice - le comenta al señor - que hay que recoger la matrícula del autobús y el código de no sé qué. Después presentar denuncia en la entidad correspondiente del barrio
Otra vez la chica y el hombre, pasillo arriba, plantificados al lado del conductor, tomando nota del código, Mientras continúan los reproches.
Me imagino la cara de la persona del 092 que ha recogido la llamada. Ella va recorriendo otra vez el autobús, hasta llegar al final. El hombre la sigue.
Al minuto y medio cuelga
- Dice - le comenta al señor - que hay que recoger la matrícula del autobús y el código de no sé qué. Después presentar denuncia en la entidad correspondiente del barrio
Otra vez la chica y el hombre, pasillo arriba, plantificados al lado del conductor, tomando nota del código, Mientras continúan los reproches.
Buenos días Miriam. Jajaja con el retrovisor, me parto.Sigo a la siguiente entrada.Un abrazo.
ResponderEliminar