Tiene a su hijo Marc, de trece años, estudiando tres meses en Irlanda y viviendo en casa de una familia.
Ana y su marido, se comunican con el chico por teléfono y algo, muy poquito, por carta, la carta tradicional que transmite noticias en papel y boli.
No recuerdo si la familia irlandesa no tiene ordenador o si lo tiene es del padre y nadie más puede tocarlo.
La cuestión es que con Marc, sus padres no pueden contactar ni por mail ni por skype.
Ana me contaba que su hijo estaba emocionado porque llegaba el cumple de la hija de la familia irlandesa, un aniversario especial, el de los quince años. Marc estaba convencido que le iban a regalar un ordenador. Así, se lo podrían dejar a él y así podría enviar mails a España.
Su madre, por si las moscas, quiso rebajarle las expectativas. Le razonó a Marc que si regalaban un ordenador a la chica, probablemente ella no querría compartirlo ni con sus hermanos ni con él, sobretodo durante los primeros meses.
Llegó el cumple de la chica.
Marc escribió una carta a su madre explicando la fiesta de cumple y el regalo. El obsequio del cumple de quince fue muy especial: le pintaban la habitación a la chica. Y no la pintaba un pintor, no. La pintaba la madre de la familia.
La parte divertida : les dejaron dibujar en la pared antes de pintarla
La parte no tan simpática : cuando la madre al empezar a pintar las paredes de color claro, se dió cuenta de que los dibujos que habían hecho se veían aunque pintara encima
La mejor parte: Marc va a aprender algo más que ingles. Va a aprender que no todos los niños reciben como regalos, los objetos que anuncian por la tele.
Me parece genial lo que va a aprender Marc en esta estadía en Irlanda.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la lección que se aprende de todo esto porque además para la chica fue un regalo especial y querido. ¡Qué bonito! Saludos.
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