Los que le pagaron con monedas a cambio de que les entregara al Señor, los que consiguieron lo que querían "gracias" a su ayuda, esos, una vez obtenido lo que querían, ya no quisieron escucharle
El traicionado, el Señor, aun sabiendo su traición, no dejó de quererle y le escuchaba y respondía a sus preguntas.
Y esperaba, contra toda esperanza, que no desesperase...
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