Como por arte de magia, ha desaparecido la lluvia. La humedad helada ya no se mete entre los huesos y ya no hay frío que enrojezca mi nariz.
La ciudad amanece iluminada. Claridad del sol de primavera que deja todo al descubierto, lo bueno y lo malo, el espectacular trabajo del hierro de los balcones, y las grietas en las fachadas.
Semana de alegría que arranca con un cuento, con la historia de un padre desconsolado y un hijo que vuelve a casa. El sosiego de saber que las grietas, las que quedan al descubierto, pueden ser reparadas.
Pronto tendremos un nuevo Santo Padre.
Empezamos semana que promete alegrías
¡Buenos días!
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