lunes, 17 de octubre de 2011

Puerta del Cielo

La pequeña María, la hija de los vecinos, está sentada con dos pequeñas amigas, junto a la puerta de María (mi María, nuestra María). Entre las tres peques, suman 25 años. 
Shhhh. Escucha. Desde aquí solo se oye una parte de la conversación. Sólo lo que dice María pequeña:

- Que sí, que vengo cada mañana a casa de la Señora María, a jugar a nuestro juego.
Yo le pregunto : “¿Qué quieres que haga hoy? Hoy mis manos y mis ojos son tuyos, te los presto."

- ……………. - (no oigo que dice la otra niña)

- Pues depende. A veces me dice: "Si me prestas tus pies, me gustaría que fueran a buscar agua y se la llevaran a tu abuela. Si me regalas tu cabecita, querría que aprendiera mucho. Si me dejas tus manos, las utilizaría para ayudar a tu mama. Si tu boca, llenaría el día de alabanzas al Señor."
O a veces simplemente me dice: “Juega con Sara”, “Sonrie”, “Deja tu muñeca al bebé” “Vete a dormir tempranito” …

-…………………

- Nooooo. Nunca me pide nada imposible. Siempre son cosas o divertidas o difíciles, pero nunca raras. Y yo me lo paso bien, y ella sonríe, y su sonrisa es más refrescante que irse a nadar al lago. Yo quiero seguir siempre con este juego. Además cuando mis palabras son de ella, es como más fácil decir cosas buenas.

-….......................

- A veces pasa. Pero a Ella no le importa

-….. .....................

- ¿Por qué no?

-…................

- Ah, eso ya lo tengo pensado. Cuando sea mayor y me case y tenga tres niños como mamá y me vaya a vivir lejos..., la Señora dice que siempre va a estar cerca. Y que no importa si no puedo correr por la mañana a su casa, que igualmente le puedo regalar mi mirada, las orejitas, las palabras y el corazón. Cada día. Y que como será su regalo, Ella lo va a cuidar como si fueran sus propias orejas.

Uff, por los ojitos de las niñas, sospecho  que les a gustado el juego; vamos a tener a las otras dos niñas aquí cada mañana.
Y como corra la voz…  Esto se va a convertir en un campamento matinal de críos

Y María, la que es  mayor y Niña, la Señora, no hace más que sonreir.


  


1 comentario:

  1. Buenos días Miriam."Nunca me pide nada imposible" así que puedo prestarle todos los méritos obtenidos en mi vida y que distribuya como le plazca a quien es mediadora de toda Gracia.Un abrazo.

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