Desde mi repisa, al lado de la ventana, la veo amasando, preparando el pan.
Fuera el cielo oscurece demasiado temprano.
Se acercan unos nubarrones oscuros portadores de abundante agua.
Fuera el cielo oscurece demasiado temprano.
Ella deja un momento el pan, se lava las manos, y sale fuera a recoger la ropa que unos minutos antes, se secaba al sol.
Mientras amasa, habla con Dios.
Mientras se lava las manos, alaba al Señor.
Mientras recoge la ropa, agradece por la lluvia a Dios.
Cuando el viento le enreda el pelo, sonríe con Dios.
Cuando no entiende, se recoge en Dios.
Con harina en las manos.
O con las manos limpias.
O con el pelo enredado.
O recogido en un pañuelo.
O con las manos limpias.
O con el pelo enredado.
O recogido en un pañuelo.
Brillante el rostro por el resplandor de su sonrisa
O iluminado por el chispear de una lágrima.
Sea como sea, siempre confía en Dios
O iluminado por el chispear de una lágrima.
Sea como sea, siempre confía en Dios
¡Oh qué belleza y cuánta envidia de no ser como ella! Pero la gracia la recibió del cielo.
ResponderEliminarYo la pediré para que me llegue como una lluvia de pétalos.
Preciosa entrada. Un besazo y feliz día.
Buenas tardes Miriam. Es una delicia leerte y oler los rosales de Jericó.Nosotros al rezar el santo rosario en una iglesia de una eparquía maronita incluimos a continuación de "Rosa mística" la expresión “Cedro del Líbano”, si fijas bien en la bandera libanesa ella es su escudo nacional.Un abrazo.
ResponderEliminarQue sencillo y que dificil programa de vida: estar con Dios, confiar en Él!
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