Costumbres distintas

- ¿De dónde eres?- le pregunto al taxista 

- De Pakistán 

- Anda, yo he estado en Calcuta 

( Ufff, a ver si he metido la pata y no se llevan bien) 

Hablamos de lo que me llamó la atención de Calcuta. Los colores, las flores en los autobuses, las esplendidas sonrisas, el tremendo calor húmedo que te hace sentir como si vivieras 24 horas en una sauna… 

La forma de conducir, terrible. Al llegar al aeropuerto y coger un taxi para ir a la residencia, pensé que allí se acababa la aventura y nos matábamos Aceleran, frenan, arrancan, frenan, todo muy bruscamente 

Recuerdo ir caminando y tener que cruzar una avenida, teóricamente de dos direcciones. Repleta de coches, motos, rickshaws, animales, bicicletas con carros, camiones, una especie de tranvía... Intentando sortearse y avanzar, convertían la calle en un rio de mil direcciones. Imposible cruzarla Aprendí a colocarme al lado de otro peatón, alguien de Calcuta, y cruzar enganchado a él 

- Claro - comenta el taxista- es que son costumbres muy distintas a las de aquí. Por ejemplo nuestros matrimonios son concertados. 

Me descoloca el cambio de tema, pero me parece interesante 

- ¿Y son matrimonios para siempre? 

- Siiii. Al ser concertado toda la familia da garantía de ese matrimonio. Si yo me portara mal con mi mujer, mi padre me pegaría (hace el gesto de girarle la cara a alguien) Cualquier problema entre el matrimonio, se discute en familia, se reúnen los padres y lo resuelven 

Llegamos al destino, y me quedo con mil preguntas por hacerle