jueves, 9 de agosto de 2012

Quiere que yo quiera

No es pan.
En serio... no es pan

Podría colarse en mi corazón sin necesidad de disfraz
Sin pedirme permiso

Pero quiere que yo quiera

Para derretirse en mi alma cansada. 
Y dejar en ella aroma  divino.

Es Dios disfrazado de pan
                                                           


                                                   

4 comentarios:

  1. Pan del alma, tal vez para compartirlo con quien no lo tiene.

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    1. El apunte es muy bueno gabriela, el pan del alma tiene que unirnos y hacernos más hermanos. El peligro de quedarse en uno mismo es muy real y muy perverso.

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  2. Ayer en mi oración, no dejaba de recordar esto tan precioso que has escrito.
    Mil gracias, Miriam, por compartirlo.

    Marita

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    1. Marita, no sé si te llegará mi respuesta. Va tarde pero es que he estado desconectada. Gracias a ti por leer. Son las aportaciones de los otros blogs, de los comentarios o de la visita silenciosa, lo que va construyendo este blog, que es más de todos que de uno

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