Buenos días Miriam. ¿Abrirán el Melón? En mi parroquia muchos lo toman y 'miniprocesionan' por el pasillo con Él en la mano con un trato que pone los pelos como escarpias, prefiero menos sacerdotes pero obedientes si deciden abrirlo.Un abrazo
¿Sabes que E. G. Máiquez es amigo de mi marido? ¡Qué gracia! Conozco su maravilloso blog mucho antes que yo abriese el mío.Tengo obras suya, preciosa. Alguna vez he colgado algo suyo.
Nosotros, gracias a Dios, recibimos al Señor de rodillas y en la boca, como está mandado. Eso de en la mano y de pie a nuestro párroco no le gusta y a nosotros, tampoco. Gracias por tu entrada.
No veo yo a mis manos dignas de sostener tan gran tesoro... sin embargo, cuando abro mi boca,mis labios se convierten en ábside para contener al mismo Dios... Un abrazo.
NIP: en una parroquia cerca de casa, el sacerdote al finalizar la Misa, se sitúa en la puerta para saludar a los feligreses. El otro día, paro a un par de chavalines de diez años para explicarles la forma correcta de comulgar con la mano. Sí, hay curas que valen un imperio¡
Capuchino: que gracia que conozcas a E.G.Máiquez. Yo tropecé con su blog hace unos años y me he vuelto adicta¡
Visi: que bonita la comparación arquitectónica. Tiene que se un momento emocionante, tb para Dios (de alguna manera especial), cuando entra en nuestro ser.
Buenos días Miriam. ¿Abrirán el Melón? En mi parroquia muchos lo toman y 'miniprocesionan' por el pasillo con Él en la mano con un trato que pone los pelos como escarpias, prefiero menos sacerdotes pero obedientes si deciden abrirlo.Un abrazo
ResponderEliminar¿Sabes que E. G. Máiquez es amigo de mi marido? ¡Qué gracia! Conozco su maravilloso blog mucho antes que yo abriese el mío.Tengo obras suya, preciosa. Alguna vez he colgado algo suyo.
ResponderEliminarNosotros, gracias a Dios, recibimos al Señor de rodillas y en la boca, como está mandado. Eso de en la mano y de pie a nuestro párroco no le gusta y a nosotros, tampoco. Gracias por tu entrada.
Besitos y feliz tarde.
No veo yo a mis manos dignas de sostener tan gran tesoro... sin embargo, cuando abro mi boca,mis labios se convierten en ábside para contener al mismo Dios...
ResponderEliminarUn abrazo.
NIP: en una parroquia cerca de casa, el sacerdote al finalizar la Misa, se sitúa en la puerta para saludar a los feligreses. El otro día, paro a un par de chavalines de diez años para explicarles la forma correcta de comulgar con la mano.
ResponderEliminarSí, hay curas que valen un imperio¡
Capuchino: que gracia que conozcas a E.G.Máiquez. Yo tropecé con su blog hace unos años y me he vuelto adicta¡
Visi: que bonita la comparación arquitectónica. Tiene que se un momento emocionante, tb para Dios (de alguna manera especial), cuando entra en nuestro ser.