Memorare
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro,
haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amén.
Esta oración la rezo cada día desde que era pequeña.¡Me encanta y además se le pide tanto a la Virgen cada vez que se reza!
ResponderEliminarGracias por hacérmela rezar de nuevo. En esta ocasión le pido por ti para que sigas siendo siempre su hija.
Un besazo y feliz domingo.
Buenas tardes miriam.Grande san Bernardo.Un abrazo.
ResponderEliminarMemorare
ResponderEliminarCApuchino: Gracias por rezarla por mi. Eres un sol
NIP: Sí Grande S Bernardo. Es grande ayudar a la gente de distintas generaciones a rezar ¡¡¡¡