En la sala todos callados esperando la sentencia.
La madre cerró los ojos.
Le declararon culpable aplicándole una condena de las más rigurosas.
Pasaron cinco años Cada día en prisión, esforzado en el estudio y en el trabajo, lejos de ese amigo que lo había introducido en el mundo de las drogas. Consiguió construir una maqueta con fundamentos fuertes para su nueva vida.
Como la arena de la playa rozada por el mar, su vida anterior fue borrada.
Alguien tocó en el hombro a su madre, como para despertarla
Ya iban a dar el veredicto
Ojalá las condenas fueran salvavidas de vidas
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